miércoles, 26 de noviembre de 2008

Rococó


El estilo Rococó nace en Francia a principios del siglo XVIII y se desarrolla durante los reinados de Luis XV y Luis XVI.

Ha sido considerado como la culminación del Barroco, sin embargo, es un estilo independiente que surge como reacción al barroco clásico impuesto por la corte de Luis XIV. El rococó a diferencia del barroco, se caracteriza por la opulencia, la elegancia y por el empleo de colores vivos, que contrastan con el pesimismo y la oscuridad del barroco.
Es un estilo aristocrático, revela el gusto por lo elegante, lo refinado, lo íntimo y lo delicado. Armoniza con la vida despreocupada y agradable que la sociedad ansía y se desentiende de cuestiones religiosas. Es un arte mundano, sin conexión con la religión, que trata temas de la vida diaria, no simboliza nada social ni espiritual, sólo superficialidad. Por todo esto se considera al Rococó un arte frívolo, exclusivo de la aristocracia.

Se difundió rápidamente por otros países europeos, sobre todo en Alemania y Austria y se seguirá desarrollando hasta la llegada del Neoclasicismo.

Defición del Arte Rococó

El término rococó proviene de la palabra francesa "rocaille" (piedra) y "coquille" (concha), elementos de gran importancia para la ornamentación de interiores.

Lo importante es la decoración, que es completamente libre y asimétrica. Muestra su predilección por las formas onduladas e irregulares y predominan los elementos naturales como las conchas, las piedras marinas y las formas vegetales.

Características del Rococó

En arquitectura, los edificios mantienen un trazado externo simple, sin embargo, en el interior la decoración se desborda. El rococó impone la acumulación de elementos decorativos basados en líneas ondulantes y en la asimetría. Alcanza mucha difusión el gusto chino, que había entrado en Europa con las piezas de porcelana, telas o lacas, y que decorará los salones occidentales con sus temas más representativos.

En pintura, los temas más abundantes son las fiestas galantes y campestres, las historias pastoriles, las aventuras amorosas y cortesanas. Las composiciones son sensuales, alegres y frescas, predominan los colores pasteles, suaves y claros. La mujer se convierte en el foco de inspiración, ya que es la figura bella y sensual.
Pintura Rococó

En cuanto a la pintura, son escasos los artistas españoles cuyo estilo puede calificarse como propiamente rococó. Destacan Luis Meléndez y Luis Paret.

Luis Paret y Alcázar (1746-1799) pintó escenas galantes y cuadros costumbristas de carácter amable, con tonalidades brillantes de gran efecto decorativo que lo convierten en el representante más importante de la pintura rococó en española.
Entre sus pinturas destacan El baile de las máscaras, Las Parejas Reales o Fiesta en el Jardín Botánico. Para Carlos III también realizó una serie de vistas de puertos y marinas del Cantábrico.

Escultura Rococó

Respecto a la escultura, el estilo provoca en España la aparición de ciertos rasgos que se incorporan al vocabulario básico del Barroco, pero que no llegan a modificarlo. Entre ellos, una mayor dulzura e intimismo en la interpretación de los temas y un mayor aprecio por lo pintoresco y por los detalles más triviales.

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